Albert Einstein.... Personaje brillante, de excelencia científica y dueño de una personalidad angustiada que no se pensaría tuviera un ser como él. Su vida fue sin duda interesante y llena de altibajos emocionales que hacen en cualquier ser mortal algo anormal….pero verlo en este, en un genio matemático, nos dice que la ecuación de su razón e intuición para el idilio no tenia solución.
Su vida, informada en documentales, deja en claro las cualidades y aptitudes que tenia para la ciencia, su capacidad de resolver los números y la poca voluntad, o tal vez su baja capacidad, para mantener una relación estable en pareja y constante con sus hijos, de los que no se sabía mucho y de los que no se puede decir heredaron el brillo de la sabiduría de su padre, era casi nula.
La vida amorosa de este genio es considerada inquietante, el mismo pensaba que las damas podrían hacer que su plan profesional no sea fructífero. Su autoestima baja, a criterio personal, hacía que dude de los sentimientos de las mujeres que lo amaron, en especial de sus esposas, a quienes dispuso lejos de su alcance. Pudo amarlas pero no cultivó su pasión. Lamentable, el escogió esa situación, era un hombre algo frio y distante.
Su infancia ha llamado la atención, fue un chico solitario, casi fronterizo se pensó, gran amigo de su hermana y de sus creadas ecuaciones, tanto que no valoraba las materias que lo involucraban en el colegio. Un niño distante y curioso de las cosas que no tenían la repuesta para si en ese momento.
Muchos pensarían que era un hombre lleno de seguridad por ser ganador del Premio Nobel, o por ser diestro en otras cosas, pero eso era solo su arma ante los demás, no era sociable y siempre quería ser mejor en su área, algo que lo atormentaba, luchaba con su yo.
¿Acaso los genios no son iguales o no son mortales? Dejemos de lado su vida amorosa, y sigamos su legado de conocimiento científico, tal vez faltó la armonía dentro de su corazón, pero tuvo de largo la ciencia en sus venas para ayudar a la humanidad.
(Escrito en 2012)
La vida amorosa de este genio es considerada inquietante, el mismo pensaba que las damas podrían hacer que su plan profesional no sea fructífero. Su autoestima baja, a criterio personal, hacía que dude de los sentimientos de las mujeres que lo amaron, en especial de sus esposas, a quienes dispuso lejos de su alcance. Pudo amarlas pero no cultivó su pasión. Lamentable, el escogió esa situación, era un hombre algo frio y distante.
Su infancia ha llamado la atención, fue un chico solitario, casi fronterizo se pensó, gran amigo de su hermana y de sus creadas ecuaciones, tanto que no valoraba las materias que lo involucraban en el colegio. Un niño distante y curioso de las cosas que no tenían la repuesta para si en ese momento.
Muchos pensarían que era un hombre lleno de seguridad por ser ganador del Premio Nobel, o por ser diestro en otras cosas, pero eso era solo su arma ante los demás, no era sociable y siempre quería ser mejor en su área, algo que lo atormentaba, luchaba con su yo.
¿Acaso los genios no son iguales o no son mortales? Dejemos de lado su vida amorosa, y sigamos su legado de conocimiento científico, tal vez faltó la armonía dentro de su corazón, pero tuvo de largo la ciencia en sus venas para ayudar a la humanidad.
(Escrito en 2012)