Manuela de la Santa Cruz y
Espejo
Esta destacada mujer de la historia
ecuatoriana nació el 20 de diciembre de 1753 en Quito (Real Audiencia del
Imperio español) y murió en 1829 a los 76 años. María Manuela Dominga de Espejo
y Aldaz, nombre que consta en la fe bautismal que reposa en la iglesia
parroquial de El Sagrario, fue la quinta y última hija del matrimonio conformado por Luis Espejo,
de apellido indígena Chusig, y Catalina Aldaz, quienes le proporcionaron una
severa educación enfocada especialmente en la medicina y las ciencias naturales, aunque no de manera formal debido al
limitado acceso de la mujer a las universidades en aquella época.
Fue
catalogada la primera periodista ecuatoriana, enfermera,
feminista y revolucionaria. Conocida por ser hermana de Eugenio Espejo, con quien compartió el pensamiento ilustrado y los ideales independentistas. Contrajo matrimonio con el abogado José Mejía Lequerica en la iglesia de El Sagrario, siendo los padrinos del enlace Juan de Dios Morales y su esposa, María Oleas. Pese a la
simpatía por las causas independentistas y científicas que el matrimonio tenía
en común y probablemente debido a que existía una notable diferencia de edad
(Manuela era 22 años mayor), cuando Mejía se trasladó como diputado a las Cortes de Cádiz se olvidó de su esposa y entabló una
relación con la joven andaluza Gertrudis Sanalova y Benito, a quien dejó como
su heredera universal al morir. Sin embargo, Manuela, con el transcurso del
tiempo se fue a vivir públicamente con Juan de Dios Morales.
Revolucionaria
Como miembro del círculo
independentista que se creó alrededor de Eugenio, Manuela
participaba activamente de las reuniones y servía como correo entre los
conspiradores, de la misma manera tuvo que defender a sus hermanos cuando
fueron perseguidos, pagando abogados y acompañándolos en los encierros.
Cumplidos
50 años, fue una de las personas más cercanas a la hora del triunfo, cuando
amigos, compañeros y discípulos de su hermano, entre ellos: Antonio Ante, Juan
de Salinas, Antonio Pineda, Juan Ante y Miguel Donoso, un 10 de Agosto de 1809,
tuvieron la valentía de irrumpir en la casa del Presidente de la Audiencia y destituirlo,
operación basada en una gran organización y sin disparar un solo tiro.
Esta
mujer de carácter, bajo los recuerdos aún frescos de sus hermanos, el uno
perseguido por el poder real (Eugenio) y conducido a la cárcel en varias
ocasiones: la primera vez en 1783, otra en 1787 y una última, la de 1795, encierro
del cual salió días antes para morir, víctima de la pésima alimentación y la
disentería, y el otro desterrado de la Audiencia en 1794 (Juan Pablo), compartió
con entusiasmo los festejos de una victoria inaudita, mágica e increíble. Era
el Primer grito de Independencia de América.
Periodista
En calidad de escritora, alrededor de
los 40 años colaboró con el diario ‘Primicias de la cultura de Quito’ bajo el seudónimo de ‘Erophilia’, cuyo significado era ‘amante del amor
y la sabiduría’, desde ese espacio defendió a sus hermanos perseguidos por las
autoridades españolas, publicó manifiestos por un mejor trato a la mujer y los
más desposeídos. Es por ello que
Manuela es considerada la primera fémina periodista ecuatoriana y pionera de
los movimientos feministas y sociales en el país.
Según Carlos Paladines en su libro Erophilia, conjeturas sobre Manuela Espejo, “Ponderó
el buen gusto de los bellos espíritus sobre el conocimiento y se refirió al
orgullo nacional de los americanos en tiempos de la colonia”. Lloró la
desgracia de no tener quién la ame, enfrentó el silencio, la soledad, la
melancolía y las malas compañías en tiempos en que “las faldas no podían entrar
a la universidad”.
Carta a su hermano Eugenio en el diario Primicias de la Cultura de Quito. |
Firma de Manuela bajo el seudónimo Erophilia. |
Primera enfermera
Gracias a sus conocimientos en medicina en 1764 cuidó de su hermano Juan Pablo cuando este enfermó y solía acompañar a Eugenio en calidad de enfermera durante las visitas médicas que realizaba, sirvió durante la epidemia de la fiebre amarilla que asoló a la capital ecuatoriana en 1785; por lo que es considerada la precursora de la enfermería en el Ecuador. Su formación se reforzó gracias al científico Lorenzo Heinster, quien le regaló veintiséis volúmenes sobre temas médicos.
En su nombre
El Municipio de Quito creó en su nombre un reconocimiento para
mujeres destacadas que aportan a la urbe quiteña o al país con una labor
preponderante, el premio Manuela Espejo.
Mientras que el actual presidente del Ecuador, Lenín
Moreno, fundó la Misión Solidaria
Manuela Espejo en 2009.
Las relaciones entre los hermanos Espejo habían sido
siempre cálidas y cordiales hasta el 19 de enero de 1792, día en que Eugenio
permitió se publique, en el número dos de Primicias de la cultura de Quito, en
la sección dedicada a las Ciencias y Arte, el “Ensayo sobre determinar los
caracteres de la sensibilidad”, causó malestar en Manuela, ya que para ella, estaba
en juego la valoración de la mujer. Ante esto se vio obligada a pronunciarse y
replicar a través de una carta abierta, la cual en un pequeño extracto dice:
“La debilidad de los hombres radicaba en medir a los de su sexo con la medida
de sus propios alcances, con esa vara infiel por la que cada uno se dice a sí
mismo: yo no pude hacer aquella proeza literaria, o propia de las fuerzas del
espíritu; luego ninguno la hace. Si esta es la debilidad del hombre respecto
del hombre, esta es, con más fuerte razón, la injusticia del varón respecto de
la mujer; y una injusticia, aunque clamorosa, de todos los días y de todos los
instantes”, sostuvo.
Texto: Cessia Murillo
Dirección: Ma. Cecilia Moreno