Ciencia y tecnología. En
35 años se han realizado 2009 trasplantes de diversos órganos y tejidos. En abril pasado (2013), se ejecutó el primer trasplante hepático por médicos
ecuatorianos en el país.
Luego de cuatro meses de su operación volvió a la escuela.
Su nariz ya no sangra ni su estómago se hincha. Hoy tiene 12 años y trata de
llevar una vida saludable junto a su familia en la Concordia (Esmeraldas). Se
trata del primer paciente
beneficiario de trasplante hepático pediátrico que se efectuó en el país por
médicos ecuatorianos, el pasado 15 de abril del 2013.
Arnulfo Zambrano, padre del menor, comenta que su hijo, durante
siete años, padecía de la enfermedad Cirrosis Hepática y desde hace tres, estuvo en la Lista de Espera
Única Nacional. “Juega con mucha energía, se lo ve muy bien”, comenta hoy
agradecido.
El diagnóstico del niño lo incluyó en el grupo de
enfermedades catastróficas cuyo tratamiento asume el Estado por parte del
programa de Protección Social (PPS) que
maneja el Ministerio de Inclusión Económica y Social, en conjunto con el
Ministerio de Salud y el Hospital Metropolitano. En este último se realizó la
compleja operación.
Diana Almeida, directora del Organismo Nacional de
Trasplantes de Órganos y
Tejidos (ONTOT), entidad adscrita al Ministerio de Salud encargada de ejecutar
la política pública de donación y trasplante en el país, explica que de haberse
realizado la operación en el exterior podía haber llegado a costar 300 000
dólares. Cifra inalcanzable para los familiares del niño. A más de ello agrega que: “los países están restringiendo
trasplantar a extranjeros. La Organización Mundial de la Salud tiene principios
rectores y recomendaciones que hacen a todos los países para evitar el turismo
de trasplantes”.
En Ecuador existe una Lista de Espera Única Nacional
donde se inscriben las personas que necesitan un trasplante para continuar con
su vida. Esta lista garantiza el financiamiento de los trasplantes,
independientemente de la capacidad de pago del paciente. Luego pasan a ser evaluados
por su condición física, patológica, etc. Con el fin de que la persona pueda
realmente beneficiarse de este órgano, pues se
prevé que el destinatario sea el mejor receptor de la lista. “Las operaciones
son de altísima complejidad y costo. Es
importante que vayamos fortaleciendo la cultura de donantes de órganos en todo
el país”, reafirma Almeida.
En el país se realizan
trasplantes de órganos y tejidos a partir de 1976 y desde entonces, hasta la
actualidad, se han logrado realizar 2009 trasplantes de diversos órganos y
tejidos, asegura el ONTOT. Entre ellos: cornea, hígado, renal donante vivo o
cadavérico, cardiaco y médula ósea y desde ese tiempo, trasplante hepático
pediátrico. Es importante destacar que las intervenciones quirúrgicas son
lideradas por médicos ecuatorianos.
En el mundo cada año se registran 100.528 trasplante de
órganos sólidos, de ellos 69.214 son de riñón, 20.280 de hígado, 5.327 de
corazón, 3.329 de pulmón y 2.378 de páncreas. Las estadísticas muestran a
España como el país con mayor tasa de donantes: 34,4 donantes efectivos por
cada millón de habitantes, mientras que en Ecuador, en el 2009, el índice fue
de 1,2 donantes efectivos por cada millón de habitantes. En el 2010, incrementó
a 2,5 donantes por millón de población y así ha ido creciendo.
Avances científicos y tecnológicos
Ecuador ya cuenta con un Banco Nacional de Tejidos. Este
organismo está creado para los tratamientos terapéuticos de piel humana en los pacientes
con quemaduras de segundo y tercer grado. También se proporcionará válvulas
cardíacas a enfermos de corazón, huesos a pacientes con tumores óseos,
fracturas y otras deficiencias que requieren tejidos óseos. Uno de sus
objetivos principales es obtener, procesar y preservar los tejidos como una
fuente alternativa para la curación de patologías de pacientes.
Además se desarrolla una técnica de esterilización de
tejidos utilizando radiación gamma (cobalto 60), se considera uno de los
mejores métodos en el ámbito mundial. También se perfecciona otra técnica que permita
el almacenamiento y disponibilidad de cantidades grandes de membranas
amnióticas, piel humana, tejido óseo, cartílagos, nervios y válvulas cardíacas.
Para estas técnicas de esterilización de tejidos es
necesario el empleo de energía nuclear por el empleo de radiaciones ionizantes
–son radiaciones cuya energía es suficiente para extraer los electrones, respecto a un átomo o molécula. Esta práctica requiere de procedimientos
altamente calificados en áreas estériles para el manejo de tejidos.
Las instalaciones del Banco Nacional de Tejidos reside en
el Hospital Eugenio Espejo (Quito). Hasta ahora, en el equipamiento del
complejo alcanza los 120.000 dólares, se prevé invertir 349.000 dólares en la
adecuación de 450 metros cuadrados que conformarán
la estructura.
Para la capacitación del personal médico encargado del
área y para su adecuación, el Ministerio de Salud mantiene un convenio de
cooperación con el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), su
director general, Yukiyo Amano, visitó las instalaciones de este centro médico
y el adelanto del proyecto.
Este organismo internacional colaboró con la donación de
1 ultracongelador, 1 esterilizador seco, 1 esterilizador húmedo, 1 cámara de
almacenamiento, 1 triturador y para esto cuatro
profesionales ecuatorianos han sido altamente calificados en la
implementación del Banco de Tejidos en Ecuador.
Donar órganos: un privilegio
Desde el 4 de marzo de 2011 está vigente la Ley Orgánica
de Donación y Trasplante de Órganos, Tejidos y Células en Ecuador. Según una
publicación, en el año 2013, en la página oficial de la Asamblea Nacional esta
Ley pretende “contribuir a mejorar la calidad de vida y, en muchos casos, a
evitar una muerte segura de quienes por cualquier circunstancia requieren de un
trasplante para seguir viviendo y convierte a los ecuatorianos en potenciales
donantes, salvo que expresen su voluntad en contrario, asegurando los derechos
a la vida, a la salud y al buen vivir”.
Sin embargo, existe un artículo en dicha ley desconocido
por las personas que provoca cierta incertidumbre o aprensión. Se trata del
Art. 29, que menciona que todo ciudadano ecuatoriano se convertirá en donante, a menos que en vida hubiese expresado lo
contrario, “Las ecuatorianas, ecuatorianos y extranjeros residentes legales en
el país, mayores de 18 años, al fallecer se convertirán en donantes, a menos
que en vida hubieren manifestado, en forma expresa, su voluntad
en contra…”.
Diana Almeida, directora del ONTOT, explicó que si bien
la Ley está aprobada, el Art. 29 entrará a rige desde marzo de 2012, pues el
Registro Civil está levantando su plataforma informática para registrar la
voluntad de la ciudadanía. Además se hicieron campañas de concienciación para
promover la cultura de donación en el país. “Se debe mantener una visión de
sensibilización en el tema, cambiar y
propiciar a la cultura de la donación de órganos y tejidos poco a poco”.
Para el sacerdote Alfredo García, Máster en Bioética -
PhD. En Derecho Canónico y catedrático, dentro de la bioética hay dos
principios fundamentados de la Dignidad del Humano que implica la integridad de
todo el cuerpo, de la salud, la estabilidad sicológica y el principio de la
solidaridad. “Somos parte de un conglomerado
humano, de la iglesia, y si a mi hermano le
sirve mi riñón, hígado o cualquier pare de mi cuerpo, no hay problema, está
dentro del principio del amor al prójimo”.
Y esa solidaridad la
recibió Ángela Alcívar, de 50 años, y Mayra León, de 18, quienes con la muerte
de un joven de 28 años (en un accidente de tránsito), luego de su diagnóstico
de muerte cerebral, sus familiares accedieron a la donación de sus riñones.
Un asesor Jurídico de la Policía Judicial del Guayas, asevera
que la población aún desconoce la Ley y aún más sus derechos y obligaciones. Si
bien, los artículos son importantes, él destaca el tema de la confidencialidad
y la prohibición de compensaciones que toca el Art. 14. “No se podrá percibir
compensación económica o de otra índole por la donación de órganos, tejidos y/o
células humanas a favor de la o el donante u
otra persona.”
El ONTOT ha autorizado a algunos hospitales públicos y
privados para trasplantes de órganos y tejidos en Ecuador dependiendo de su
especialidad. Para el trasplante renal para adultos, por ejemplo, está el
Hospital Metropolitano y Eugenio Espejo (Quito); Hospital Luís Vernaza y
Clínica Alcívar (Guayaquil); para trasplantes de corazón, el Hospital Clínica
Kennedy (Guayaquil), entre otros. “Por ahora se compra el servicio a la
institución privada. Nuestros hospitales públicos se están fortaleciendo”,
explica Diana Almeida.
Según el ONTOT a partir de esta Ley, 17.000 ciudadanos
manifestaron su voluntad hacia la donación de órganos, que de una u otra manera
se convierte en una oportunidad de vida para las personas que esperan,
paradójicamente que la muerte de uno dilate la existencia de otro ser humano.
Mientras tanto Arnulfo Zambrano, padre del menor que se
sometió al primer trasplante hepático en Ecuador, piensa en los 200 a 300
dólares que gastaba en cada recaída por la enfermedad de su hijo. “Hay mucha
gente que espera por un donante... y mueren con la esperanza de encontrarlo…”.
Testimonios
Danilo Fernández, quiteño
Beneficiario. Trasplante de riñón
Abril 2011
“Me descubrieron insuficiencia renal hace 10 años, era un
paciente asintomático y cuando me hice el examen se descubrió que mi riñón estaba
fallando, entonces comencé a hacerme la
hemodiálisis. Milagrosamente desde que me postulé, incluida la realización de
exámenes, a los cinco meses encontré donante. Me sorprendió conocer que tenía
el 38% de compatibilidad. Según los médicos, un
alto porcentaje, que era perfecto, así que no lo dudé y fui a la
operación con mucha confianza. En el quirófano estuvieron presentes al menos 12 profesionales entre nefrólogos,
cirujano vascular, neurólogo, licenciadas e intensivistas. Esto no tuvo ningún costo para mi bolsillo, solo los
medicamentos que no habían en el hospital, y de por vida me dan la medicación
que requiero para evitar rechazo. Quise conocer de mi donante, más el
médico me dijo que dejara el tema de lado y que siga con mi vida para adelante.
Solo sé que estaba en terapia intensiva y falleció. Agradezco a él y a su
familia”.
Eddie Zurita Delgado, guayaquileño.
Hijo de persona beneficiaria de un trasplante en el
exterior.
“Mi madre, Norma Cruz Hernández, fue beneficiaria de
trasplante de córnea a los 71 años en el Hospital Mount Sinai, de la ciudad de
Nueva York. Estuvo en espera mes y medio por el órgano y se canceló
aproximadamente 4.000 dólares. El trasplante de córnea fue exitoso y
manifestaba, en muchas ocasiones, que su visión había mejorado; sin embargo, un
día mí madre presentó síntomas de ausencia de sueño, inflamación de las
piernas, entre otros que la llevarían a realizarse exámenes para descubrir su
insuficiencia renal. Ella aspiraba a ser favorecida de trasplante de hígado
pero el costo ascendía a 15.000 dólares, dinero que no poseía la familia.
Finalmente decidió no realizarse la operación. La primera
intervención no la realizamos en Ecuador porque no conocíamos de la
existencia de este tipo de trasplante en nuestro país”, ella falleció.
Columna Especialista
Cecilia Ramírez Orellana, Sicóloga
Máster en Educación
Orientadora familiar
¿Cómo se afecta sicológicamente la persona que decide donar
órganos?
Sí la persona está decidida por principio a donar sus órganos cuando muera, en un supuesto caso de
muerte cerebral u otra que permita hacerlo, no lo afecta en nada. Es una
decisión personal.
¿Es bueno para alguien saber que cuando muera va a donar sus
órganos a un desconocido?
El pensar que los donará a un desconocido, incentiva su espíritu
altruista, es más, conscientemente, sabe que muerto no puede elegir al
receptor.
¿Para la familia, cómo es la situación?
Prepararse implica una situación que hay que asumir porque resulta
ineludible en muchos casos sin agrado. En
este caso, es absolutamente voluntario. La decisión no es impuesta, surge del
propio individuo.
Para los parientes, es muchas veces difícil aceptar esta decisión,
pero en su mayoría la respetan. Compete al donador en vida prepararlos, pero en
caso de afrontar la decisión de forma imprevista puede resultar traumático, por
eso pocas personas donan los órganos de sus parientes, cuando la muerte fue
súbita y no se había hablado de donación con ellos.
¿Tener contacto con la familia, que recibe los órganos, es
recomendable?
No, no es bueno conocer al receptor. No permitiría aceptar del
todo la pérdida o “elaborar el duelo“. Deberá quedarse siempre el acto de
donar, como un acto noble de solidaridad. No de consuelo personal en primer
término.
¿Cómo fomentar la cultura del donante de órganos?
Debería hacerse campañas más intensas sobre la donación de
órganos, especialmente en nuestras sociedades latinoamericanas donde la muerte
y las ceremonias fúnebres tienen un profundo sentido sentimental y religioso,
este último, va ligado con la idea de que el cuerpo debe estar completo, para
cuando llegue el día de la resurrección. Se deberían incentivar los
sentimientos de solidaridad y ayuda, más nobles aún, cuando se trata de la vida
posiblemente, para un desconocido.
de la Ciencia y Tecnología. Promoción II – ESPOL