Publicada en octubre 2019, revista #DesdeCero de El Telégrafo
VITRINA 593,
LA TIENDA QUE REÚNE A MÁS DE 100 EMPRENDEDORES LOCALES
En esta
tienda se venden solo productos hechos por emprendedores ecuatorianos, más de
100 productores locales muestran sus creaciones, ya sean de ropa, adornos,
accesorios y alimentos.
Las amigas
y socias Gabriela Guzmán y Liliam Leones se conocieron hace unos años por sus
esposos, cada una trabajaba en áreas de ventas y marketing, respectivamente y
cuando la familia creció se dieron una pausa; luego descubrieron que juntas
podían dar esa vitrina a quienes la buscaban, ellas, quienes ya eran
emprendedoras, avanzaron con esta idea que hoy cuenta con dos locales, uno en
Laguna Plaza de la Vía a la Costa y otro en Plaza Navona de Vía a Samborondón
en Guayaquil.
“Básicamente
es un espacio para que los emprendedores puedan exponer sus productos, porque
regularmente como “monomarca” es difícil tener un propio espacio si se es aun
pequeño. Los costos fijos de empleados, rentas, permisos y más llevan a tener
gastos hasta antes de abrir un local. Los emprendedores regularmente venden en
redes sociales pero, no es en donde el consumidor podrá tocar o probar el
producto y esa es una limitación”, afirman.
Hay las
ferias para exponer los productos o servicios
pero son temporales y el cliente, a decir de estas visionarias, ya no va
tanto y esta es una ventana permanente y en dos espacios, con todos los
servicios y reglas de un punto de venta, como tarjeta de crédito, una persona
atendiendo, la percha, asesoría y más.
El estudio
de mercado vino de la experiencia, para Liliam fueron dos años de estar en
ferias y veía que de las marcas propias no surgía aun la necesidad de tener un
espacio así; en 2015 con varias ferias y conociendo esas marcas ya se
identificó la problemática. En esa época algunos locales sí daban espacio a
emprendedores pero no era lo adecuado y analizando surgió la idea de abrir
Vitrina solo para ellos, en donde no hay nada importado.
Empezaron
con 30 marcas, a las que se les contó del verdadero concepto de estar un lugar
ideado para la venta, y además, cada marca debía y tiene lo siguiente: un
nombre y que sea manejado como tal en redes sociales con mínimo 3 meses de
vigencia.
El 95% de
los productos son hechos por mujeres, en su mayoría madres de familia o las que
trabajan y tienen alguna pasión. Muchos de estos productos tienen un fin social
o están enfocados hacia la conservación ambiental; el consumidor quiere apoyar
estas causas y tener un producto bueno. “No tenemos
un contrato de exclusividad, puede estar donde quiera, lo que sí se pide es que
no se esté en el mismo centro comercial y que estén en nuestra percha mínimo 3
meses para ver su evolución y si decide retirarse todo bien”, comenta Gabriela.
El precio
de los elementos deberá ser el mismo en cualquier tipo de local o plataforma
por el bien del consumidor y el 35% de la venta es para la tienda. “Es
necesario que todo sea formal para una
contabilidad estable y clara, obviamente se necesita que tengan factura
y/o nota de venta autorizada porque sin eso no se podrá vender o pagar. Cada
fin de mes se emite el cheque y hay que estar pendiente de la Superintendencia
de Compañías, SRI, IEES, el gasto fijo del local y más”, afirman.
Cada mes es
prioridad el pago al emprendedor, ese dinero retorna en nuevos productos, todo
se reinvierte. Por lo que siempre están recordando a sus socios que estén al
día con las facturas para así avanzar y poder cancelar. “A veces les cuesta
formalizarse en ese aspecto, pero la parte administrativa es muy revisada, acá
es un ecosistema que gira siempre por ellos”, comentó Guzmán.
En 2015 se
montó la tienda en Laguna Plaza en un segundo piso, no fue tan bueno como se
esperaba y luego de 6 meses lograron una planta baja, al año ya podrían ver que
todo caminaba bien y a los tres años abrieron en Navona dando la oportunidad de
que el consumidor lo vea, se pruebe y compare. Para abrir el primer local se
invirtió más de $10.000 y el segundo pasó los $30.000, ahora van con buen ritmo
para lograr el punto de equilibrio.
Hay dos
áreas: la tienda y el Deli; con categorías de ropa, accesorios, niñas, hombre,
decoración, corporal y hogar. El Deli es más reciente, con productos que tienen
notificación sanitaria. Además, los dos espacios son puntos de encuentro para
hablar de arte, maquillaje, jardinería, alimentación sana y más.
En la
actualidad son más de 100 marcas en ambos lugares, unas son cíclicas como
trajes de baño o para días especiales y el nicho de hombres es relativamente
pequeño, “Los hombres casi no vienen a comprar, viene ella para llevarle a él”,
dice Liliam, quien asegura que la categoría de ropa femenina es la más fuerte.
La cadena
de valor es más grande de lo que se ve, ya que por 100 marcas se puede decir
que hay 100 personas más atrás de cada producto, ese es el artesano, un pintor,
un zapatero, y así se genera más trabajo logrando un impacto al personal que
trabaja en Vitrina593, es una economía pequeña que está activa siempre.
“Vitrina593,
era una ilusión, algo que miraba a grande y que veo ahora con una gran
proyección, es el negocio que desearía que mis hijos continúen, que trabajen
aquí, hay que potencializarlo”, afirma Liliam.
Estas
emprendedoras mujeres aseguran que son buenas marcas, y cada día quedan buenos
recuerdos, que hay mucho que hacer para crecer y fortalecer más las bases y en
cinco años más esperan haber crecido, y quien sabe, si hasta llegar a Quito.
Ingreso por
tienda el peso de la venta en diciembre el el 30% de la facturación anual es el
muy importante por la cantidad de regalos.