jueves, 29 de octubre de 2015

MI MIRADA SENSACIONALISTA

Llevo unos cuantos años trabajando en medios de comunicación, y muchos de estos inmersa en prensa rosa, lo que daba material para llegar a la líneas “sensacionalistas”, hablo por el lado de la espectacularidad que manejé si deseo ver la arista escandalosa, ya que cada nota tenía que llevar como broche el tinte amarillista para poder ser visto por los ojos de quienes deseábamos y, desde luego que nos harían ganar audiencia: el público masivo, criticón, juvenil y con un “sipi sape” de morbo. En fin, el sensacionalismo surge en el momento de escribir la noticia, por sus elementos en el evento y por los factores que lo rodean. Nosotros debemos conocer cómo hay que manejar un estilo periodístico que pinte el amarillo para los públicos en nuestro número de párrafos llenos de humor, historia y noticias. Claro que estando en el medio de comunicación sí se busca algo de contenido que llame la atención al televidente, lector, etc. Es en el día a día que se puede medir el arte de escribir una historia, suena difícil, a la vez  fácil; se deben tener en cuenta factores que alinearán la nota, estas nos lleva por la ruta, pero la dirección es la ética, el cómo. En el “cómo” está la formula, esta está dada para ganar la audiencia que se busca de una o varias noticias que se escriben para un noticiero de tv, radial o prensa escrita.

Pues bien, en tantos años, digamos que unos 15, he recibido información que bien podía haberla dado por sensacionalista. Esta debía ser redactada de tal forma que se llene de espectacularidad al puro estilo farandulero, hacerla diferente a las demás y tener una marca de acuerdo al medio en que trabajaba en aquel momento. Pero este estilo depende mucho del ser de cada uno, el periodista imprime con su sangre en la tinta que da a los demás.


En este caso puntual, del mal visto sensacionalismo, creo que a veces se pasan “sensacionalisticamente” al calificarlo, lo ven con malos ojos y lo catalogan como cruel, morboso, con dolo, rojo, lleno de sangre, rayando a veces al comunicador de peligroso, malo, poco profesional. Defiendo la palabra como tal por que, como verán más abajo, es también respaldada por las teorías de profesionales de la comunicación, pues tiene la capacidad de generar sensaciones en el que ve y oye la noticia y, desde luego que depende mucho de esta las redacciones que esperan lograr el éxito en  vistas, pues de la manera de contar la noticia  dependerá su impacto y réplica.

Como periodistas, quienes cubrimos la noticia, debemos tener en cuenta el poder que tenemos en manos, es un placer hacer que esta saque una sonrisa, una sorpresa, una acción en respuesta. Se tiene tanto que ofrecer teniendo en cuenta que una cosa es informar y otra dañar. Quedémonos en la faceta de informar, que es para la que nos educaron en la academia.

A continuación haré un recorrido por algunos puntos de vista de profesionales que han tratado el tema de manera imparcial, o por lo menos es lo indicado, pero que no dejan de entregarnos una enseñanza ante los medios y su estilo noticioso, sea en ámbito duro o de espectáculo, deportivo, etc…

Comenzaremos con los conceptos básicos, con sus significados. Los que están en letra cursiva es lo tomado desde una plataforma, además verán su mención al inicio de cada definición. Lo que está en paréntesis (…) es mi acotación al tema.

Tenemos… según la real academia de la lengua este es el concepto de la palabra sensacionalismo: Tendencia a destacar los aspectos más llamativos o espectaculares de una información para provocar emoción, lo bien llamado también amarillismo.

El diario El país de España ofrece y usa esta definición: Tendencia en determinados medios de comunicación (fíjense el hecho de decir “determinados medios”) a presentar las noticias destacando sus aspectos más llamativos para producir una fuerte impresión.

También viene esta: Tendencia a presentar los hechos y las noticias de modo que produzcan sensación, emoción o impresión. (y es aquí donde meto la razón de la espectacularidad en la noticia).
En Kalipedia.com, una enciclopedia virtual de apoyo estudiantil tenemos esto: Intentar que las noticias tengan mucho efecto destacando lo que provoca gran sensación o temor en el público. (En esta última aparece  lo que yo más veo como cercano a la realidad: la generación de sensaciones en el público).

El sensacionalismo es la forma de ser extremadamente polémico y querer llamar mucho la atención. (yo en contra de este punto de vista) por lo que vincula el ESCANDALO Y LA PARTICIPACION DE PUBLICO (muy en contra, la formula está en cómo saber hacerlo y no, como vemos aquí, gritando, o sea en mayúsculas en el texto).

Sigamos con los orígenes del sensacionalismo, esto lo informo de la manera más fácil y técnica del caso: “copiando y pegando” de la página de un reconocido autor, les advierto que van a leer miles de veces la palabra sensacionalismo, ahí va…

Algo de su historia: Aunque los datos sobre manifestaciones de carácter sensacionalista presentes en impresos de circulación masiva se remontan al siglo XVI, con las gacetas alemanas y francesas que incluían notas sobre crímenes, dramas familiares y chismes de la realeza, solamente desde la mitad del siglo XIX estas publicaciones fueron asumidas como una forma diferente de hacer periodismo. Ejemplos de este enfoque en la prensa se dieron en Francia, Alemania e Inglaterra pero, sin duda alguna, el ejemplo más claro y el que mejor ilustra el desarrollo del sensacionalismo en la prensa es el de Estados Unidos. Todo empezó con la batalla periodística entre William Randolph Hearst y Joseph Pulitzer, entre 1895 y 1898. Estos dos hombres, propietarios de dos de los diarios de mayor circulación en la ciudad de Nueva York, iniciaron una fuerte competencia entre sus publicaciones por alcanzar el mayor volumen de ventas.




Pero acoto… a esta historia hay que sumar la existencia de Mickey Dugan, más conocido como El Chico Amarillo o The Yellow Kid que fue el personaje principal de la serie Hogan's Alley, una tira cómica de Richard F. Outcault publicada entre 1895 y 1998. Eran tan buena por su contenido y sátira política que circulaba en dos diarios a la vez, en el New York World de Joseph Pulitzer y el New York Journal de William Randolph Hearst, de quienes se habló en el párrafo anterior. Este vestía pijama  amarilla con mensajes políticos, siendo la forma más ligera de hablar en contra o a favor de algún caso de la época.

Teorías de autor
+Erick R. Torrico Villanueva, boliviano, dice: En la jerga técnica del periodismo se usa indistintamente los calificativos de sensacionalista o amarillista para los medios informativos que buscan alimentar a sus audiencias con contenidos que muestran, erigiéndolos en noticias, comportamientos o sucesos anticonvencionales. Ello, como es obvio, despierta la curiosidad y aumenta las ventas de ejemplares y/o espacios publicitarios y los ingresos de los productores de tales materias informativas”.

+Ryszard Kapuscinski, Polaco, decía en vida: “Nuestro enemigo tiene una cara suave que es la manipulación. Antes, la calidad de la noticia se caracterizaba por la verdad; ahora el valor de la noticia ha cambiado. Pesa si es interesante, no si es verdad. Y esto es una gran pérdida. Es el triunfo del sensacionalismo”.

+Delia Steinberg Guzmán, argentina, afirma respecto a la tv: Los programas televisivos luchan por distinguirse a través de los sucesos más duros, violentos, cáusticos… corrosivos”.

+Carlos R. Eguía, argentino: “En periodismo se entiende por sensacionalismo toda exageración de la noticia, sin que ello quiera decir que se falte del todo a la verdad del hecho a noticiarse. (Me apunto a esta teoría). Este concepto de sensacionalismo es un tanto amplio y, sin embargo, no abarca todo lo que suele denominarse informativamente sensacionalista. Se suele usar el término derivado de sensación, porque la información de tipo sensacionalista tiende a causar sensación, a producir un impacto desacostumbrado, despertando para ello sensaciones, emociones, que subyacen en el alma humana. Este se relaciona estrechamente con el mundo sensorial, con los sentidos, con la emotividad, y, en definitiva, con las pasiones. Los medios de información y comunicación social que más se prestan son la prensa escrita y la televisión; en menor grado, la radio y la actividad editorial porque tiene una base formal en la palabra impresa y en la imagen. El cartel, o lo que hoy se llama poster, que combina palabra e imagen, al igual que la prensa ilustrada y la TV, puede ser otro de los medios de expresión sensacionalista, y de hecho lo es con frecuencia. Una misma información, según se presente tipográfica y literariamente de un modo u otro, puede ser sensacionalista o no. Partiendo de un mismo texto literario, la tipografía puede producir sensacionalismo por los caracteres abultados, de gran tamaño y espesor. Por otra parte, un mismo hecho puede noticiarse de diferente manera, aun respondiendo a las condiciones exigidas para la presentación periodística de la noticia; lo cual quiere decir que no incide en lo fundamental, sino en lo accesorio (ejemplo: diario de la ciudad de Guayaquil, saben de cual hablo); y ello porque no es algo necesario o inherente a lo periodístico, a la naturaleza de la información o al modo de actuar del periodista. Entender el sensacionalismo como, uno de los elementos integrantes del interés humano que debe llevar consigo toda narración periodística, supone identificar periodismo con sensacionalismo, a lo que no sólo se oponen muchos periodistas sino también la consideración de la naturaleza del periodismo. Si echamos una simple ojeada a la historia del periodismo, podemos ver que el sensacionalismo propiamente dicho, y más aún la prensa caracterizada como sensacionalista, no aparece hasta fines del s. XIX, coincidiendo con el llamado periodismo amarillo, en la época que Georges Weill llama edad de oro de la prensa (1870-1914), cuando ya el periodismo ideológico ha dado más paso al informativo. Precisamente el sensacionalismo contribuye al desarrollo de la prensa como gran empresa, y conduce a la implantación de nuevas técnicas de transmisión (teléfono, teletipo, télex, etc.) y modernos métodos de impresión. Es fácil encontrarlo en un tipo de periodismo practicado por periódicos más bien independientes, no de partido, y cuyos fines son principalmente lucrativos (esa es!). Esta clase de prensa encaja en lo que se ha dado en llamar popular y de grandes tiradas, dirigida a las masas o gran público, que cuenta con grandes medios, técnicamente más perfectos. A esta prensa pertenecen grandes semanarios ilustrados; y los países donde está más ampliamente representada son: Francia, Italia, Gran Bretaña y Estados Unidos. En general, puede decirse que la prensa excesivamente sensacionalista es bastante irresponsable, que carece de una concepción social de la información, que no es objetiva, aunque sí honesta en sus planteamientos y objetivos. Con la competencia de otros medios más recientes de información, como la radio y la TV, se ha estimulado el sensacionalismo de la prensa, que busca captar la atención de cualquier posible lector, tanto en la forma como en el fondo de su contenido. Por lo primero, se recurre a los grandes titulares, de estilo directo y lenguaje claro, a una confección determinada, a la ilustración con garra o agresiva. Puede recordarse a este respecto que la titulación surgió en Norteamérica con la prensa sensacionalista. Por lo segundo, se maneja el hecho, de modo que atraiga, extrayéndole el aspecto pasional por encima de cualquier otra consideración. En este caso, no sólo estamos ante un periodismo oportunista, de circunstancias, sino también ante una prensa desorientadora, más deformativa que informativa” (auch).

Pioneros del sensacionalismo fueron: James Gordon Bennett (1795-1872) y Joseph Pulitzer (1847-1911). El exagerado sensacionalismo del primero introdujo en el periodismo un nuevo tipo de valores, no precisamente éticos. Por los excesos sensacionalistas de Gordon Bennett que, no obstante, hoy día parecerían timideces, no puede juzgarse toda la prensa llamada sensacionalista. Puede admitirse moderada, que cultive el interés humano, sin desorbitar las cosas, sin buscar el halago de las pasiones, o satisfacer la curiosidad morbosa, y que responda a una escala de valores éticos en la que la dignidad de la persona y el derecho a la intimidad ocupe uno de los primeros puestos. Es lo que podríamos llamar sensacionalismo blanco, en el que no se inventa la noticia, sino que se la supervalora en su aspecto humano y se le da una presentación tipográfica, con objeto de llamar la atención. Este se ha practicado especialmente en alguna prensa vespertina y en las últimas décadas en revistas de gran tirada como un recurso comercial, sobre todo en los países con libertad de información. En los países totalitarios, que imponen siempre la censura previa, es utilizado por los gobernantes según sus propios intereses. En épocas de guerra, la información suele derivarse siendo utilizada como un arma propagandística por ambos bandos. En el mundo contemporáneo, la palabra y la imagen que los medios de comunicación transmiten sobre la realidad del mundo, del hombre, de la sociedad y, determinan los juicios y los modos de comportamiento de muchos. Por ello el criterio de valoración de la actividad periodística no debe ser la efectividad, sino la verdad y la justicia, esto lo dijo Juan Pablo 11, en el discurso a los artistas y publicistas en la HekkulesSaal der Residenz de Munich el 19 de noviembre. 1980. Cuando no ocurre así, cuando en las informaciones y comentarios de las noticias no se busca siempre la objetividad, la justicia y la verdad, el peligro de manipular tendenciosamente la información va unido al peligro de dar preferencia a noticias sensacionalistas. En periódicos, emisiones radiofónicas o programas televisivos de bajo nivel existen algunos lamentables ejemplos de ello.


Finalmente ¿por cuál postura apuesta?, si trabajamos en un medio de comunicación seguramente dirá lo bien que nos ayuda ser sensacionalista, pero recordemos que siempre en todo lo que publiquemos habrá algo de esto, desde lo más suave a lo más espectacular, hablando de modo en que se presente la información. Sacando en cuenta los factores que la hacen de interés general y los que la tornan de una manera llamativa. El sensacionalismo, si es bien plasmado en la imagen, texto y audios, será la forma perfecta de captar a un público que busca eso y de la forma moderada que su educación le permite aceptar y asimilar. No culpemos del todo a los medios de comunicación por esta fórmula de publicar, hagamos conciencia de lo que deseamos tener en manos para informarnos y de quienes más lo deberían ver, el boca a boca es importante para hacer de la noticia más sensacionalista y vista.

Este es mi punto de vista, escribo bajo la influencia del sensacionalismo que respiré muchos años y leo cada día en las portadas.