lunes, 14 de octubre de 2019

LA MOLIENDA REÚNE A EMPRENDEDORES QUE BUSCAN VIVIR DE MANERA SOSTENIBLE


Nota publicada en octubre 2019, revista Desde Cero de Diario El Telégrafo.


LA MOLIENDA REÚNE A EMPRENDEDORES QUE BUSCAN VIVIR DE MANERA SOSTENIBLE

El amor por lo natural de una familia motivó a abrir una tienda que solo vende productos orgánicos.
El garaje de la casa de los abuelos de Paula Molina, ubicada en Urdesa Central de Guayaquil, se llenó de plantas y buen ambiente para ser un “organic market”  que crece cada día gracias  a que su dueña promueve el uso de productos que hagan bien a la salud.

Molina, a cargo de la finca familiar, decidió que era hora de cristalizar la tienda que soñaba y en donde pudiera vender los elementos que consumía para estar sana. Cultiva banano y cacao orgánico hace más de 20 años y su huerto fue creciendo con más verduras y frutas, una vez que la producción aumentó, y tenía que dejar a domicilio a pedido de amigos y conocidos, y vio la necesidad de tener un espacio, apertura La Molienda en 2017.

“Antes tenía que comprar fuera del Ecuador productos orgánicos o hacerlos, pero ahora la gente usa más y ya podemos encontrarlos, este espacio es para eso, si amas cuidarte y apoyar al emprendedor nacional, ya que el 95% de lo que se vende aquí es ecuatoriano”, afirma Molina.

Esta tienda usó a su favor la red Instagram (@lamolienda_ec) y creció en popularidad, es así que poco a poco se dio a conocer y emprendedores se acercaban a mostrar sus productos para usar sus perchas.

Toda la tienda es decorada con elementos de reciclaje como palets usados, plantas, frutos de cacao sobre las mesas y del techo cuelgan racimos de verde, todo es pensado en no afectar al ambiente, es por ello que no se permiten fundas plásticas y generalmente los clientes, que suman entre 30 y 40 diarios, llevan sus propias bolsas de tela o las pueden comprar ahí mismo.
La primera inversión para montar la tienda fue de $15.000 con algunos productos a consignación y otros compraban para vender, ahora se trabaja de manera más ágil pagando a los proveedores pronto y reinvirtiendo las ganancias en modificaciones, como en nuevas refrigeradores y repisas para mostrar la mercadería.

Aquí se puede adquirir desde un cepillo de dientes de bambú, velas, elementos decorativos, pasando por frutos secos, mantequilla, vinos, bebidas, postres y más que van desde $0.10 a $40.

“Los emprendedores llegan desde Quito, Cuenca, Loja, Guayaquil y más ciudades, unos ya conocía porque me gustaba de ir a ferias de emprendedores, y otros han llegado por su cuenta a ofrecernos su producto. Yo sabía qué deseaba la gente porque fui feriante en Quito por algunos años y acá siempre visitaba ferias. Desde luego todos pasan por un filtro, hay que ver que sean naturales, de materia prima orgánica, artesanales, sin persevantes y sin parabenos, una vez aquí La Molienda toma el 30% de la venta”, afirma su dueña.

Ha creado su línea de productos como las bebidas Koumbucha y ACV Tonic, Cacao Nibs, y otros como jabones, moringa, cúrcuma y más, que han tenido buena salida entre sus clientes gracias la garantía de su frescura y beneficios.

Si bien emprender es difícil y hay mitos alrededor de lo orgánico, asegura que compra en mercados y supermercados para verificar precios sobre ciertos productos. Por ejemplo, en el mercado por $1 puede comprarse 4 verdes, en cambio en este espacio dan 6, los que no han recibido ningún químico en su cultivo, lo mismo pasa con otras verduras, como los tomates que sí podrían variar unos centavos de más, pero asegura que no tienen pesticidas, perjudiciales para la salud.

En la tienda hay más de 100 opciones hechas en Ecuador, a excepción del aceite de oliva y los frutos secos que son importados, de toda la lista lo que consideran que más se vende son champó, jabones, desodorantes, mantequillas, yogur de cabra, aceite de coco y mucha  venta al granel de especias.
El mercado y el interés hacia esta tendencia natural está creciendo y eso genera más clientes que buscan dónde comprar, lo que no ven como competencia, más bien como una manera de crecer. Ante eso, una prima abrió la segunda Molienda en vía Samborondón, km 10,5 ingresando por la calle al hipódromo y en donde se encuentran los mismos productos.

La promoción es de vital importancia y se la hace en conjunto con los mismos emprendedores que publican dónde se puede comprar, eso genera una cadena y el cliente llega directamente a comprar lo que vio en Instagram o Facebook.

“El propósito es el bienestar, que la gente se sienta bien de salud y que sepa que debe consumir de manera responsable por uno mismo y por el planeta. Además, todo gira, se le compra a un emprendedor, no a una gran fábrica y con esto se devolvería lo que da la tierra, ya que es un negocio circular con pequeños productores”, dice Paula.

Para los próximos años espera ampliar el local y poder ofrecer más servicios como desayunos, pero para ello se requiere mayor infraestructura en la cocina y en el local, así como sumar más personas a la administración; comenzaron con dos y hoy son 5.

“Es como si fuera un hijo, fue un sueño y es lindo ver crecer este espacio, abrirlo me dio y sigue dando mucha felicidad, ojalá que más primos abran otro local y sigan compartiendo la idea de ser más orgánicos y respetuosos con el medio ambiente”, comenta.